MOTIVAR LA AUTOESTIMA Y LA INSEGURIDAD escrito por Estela Ferrero Marco, Psicóloga de XiCaEs
El niño inseguro es un niño retraído, temeroso, un niño con miedo a fracasar, a perder la atención o el cariño de sus padres o adultos de referencia.
Es un niño con temor a hacer el ridículo, un niño con baja autoestima que necesita recuperar la confianza en sí mismo para poder desarrollarse personal, emocional y socialmente.
El niño inseguro se siente torpe ante cualquier tarea o actividad novedosa que tenga que realizar o a la que ya se haya enfrentado antes sin éxito. Los padres, maestros y otros educadores, podemos ayudar al niño inseguro a recuperar esa seguridad perdida o no desarrollada que tanto necesita.
Estrategias para ayudar al niño inseguro
- Elogiar en lugar de criticarlo. Los adultos debemos ofrecer a los niños la confianza suficiente en ellos mismos para que sean capaces de enfrentarse a cualquier tarea, reto o circunstancia que se le plantee. Las críticas constantes como “¡Qué torpe eres!”, “¡Otra vez has sido tú!”, “Deja eso que lo vas a romper” u otras frases similares, vulneran la autoestima y el autoconcepto de los niños mermando su seguridad y confianza en ellos mismos. Si queremos un niño que confíe en sí mismo, debemos empezar por transmitirle nuestra confianza en él.
- Darle responsabilidades acordes a su edad. Un niño aprende a confiar en sí mismo y en lo que es capaz de hacer en la medida que tiene oportunidades de enfrentarse a diferentes responsabilidades. Un niño sobreprotegido, al que no se le permite hacer nada por sí mismo porque siempre tiene quien se lo haga, es un niño que aprenderá a pensar que él no es capaz de hacer todo eso que hace mamá o papá por él. Si queremos que el niño deje de ser un niño inseguro o que no se convierta en uno de ellos, debemos fomentar su autonomía e independencia, ofreciéndole tareas y responsabilidades acordes a su edad.
- Jugar, reír, bailar, disfrutar. En la mayoría de casos, los niños inseguros son niños rígidos en sus comportamientos, no se dejan llevar por miedo al ridículo o a las críticas, así que es importante que aprendan a disfrutar jugando, riendo o bailando en compañía de otros niños o adultos. Deben vernos a nosotros mismos, sus padres o educadores, realizando estas acciones, observar que no pasa nada y que es divertido reírse de uno mismo.
- Minimizar los fracasos. Para que un niño recupere la seguridad en sí mismo debe vivir los fracasos como nuevas oportunidades de éxito, no como algo paralizante y frustrante. Es necesario fracasar para aprender, es necesario caer muchas veces antes de aprender a andar, rebajemos expectativas y minimicemos los pequeños fracasos o errores que cometan los niños. Cada fracaso le enseña al hombre algo que necesitaba aprender.
- Entrenar el pensamiento positivo. Ésta proporciona a los niños la oportunidad de creer en ellos mismos, deben aprenden a alentarse, motivarse, a decirse cosas positivas, a cambiar su discurso interno. Tienen que cambiar el “yo no lo sé hacer” por un “yo no lo sé hacer, todavía”, cambiar el “sé que no puedo” por “¿y que pasa si lo intento?”, cambiar el “qué mal que lo he hecho” por un “muy bien, lo he intentado, la próxima vez seguro que irá mejor”,
- Permitirle actuar. Cuando el niño se encuentre frente a una situación difícil, es importante dejarlo pensar y actuar en la forma como puede ser solucionada. Con ello estamos colaborando para que, desde temprana edad, tenga la capacidad de dar solución a algunos problemas que se le pueden presentar a medida que va aumentando las responsabilidades para su edad.
- Valorar sus logros. Aplaudir sus éxitos aunque sean muy elementales. Esto les ayudará a pensar que pueden hacer cosas de valor y aprobación ante los ojos ajenos.
- Confiar en sus capacidades. No dudar en la capacidad para realizar trabajos pequeños como colocar cosas en el lugar correcto, alimentar a las mascotas, ayudar en cualquier otro quehacer sencillo; esto despertará en ellos sentimientos de confianza.
- No compararlos con otras personas. Cuando los niños cometen errores, hay padres que los comparan con otros más talentosos; esto no se debe hacer NUNCA. Lo más sabio es ayudarlos para que no vuelvan a cometer las mismas faltas y que puedan entender que todas las personas cometen equivocaciones.
- Tener tiempo necesario para escucharlos. Así van a pensar que sus pensamientos y opiniones son importantes para nosotros. El no escuchar a los niños produce aislamiento y la comunicación con ellos va a ser muy pobre y difícil.
- Tomar decisiones sencillas. Es importante enseñarles a los niños a tomar decisiones sencillas desde muy pequeños ya que, en la medida que van creciendo, podrán hacerlo de una mejor forma. Cuando se les impide, van a crecer con un alto grado de inseguridad y no harán nada sin la ayuda de otras personas.
- No sobreprotegerlos. Un niño dependiente, que requiere ayuda continua, con poca iniciativa, es decir, un niño sobreprotegido no va a tener un sano crecimiento emocional. La paz y el respeto mutuo entre los miembros de la familia ayudan a crear un espacio para ayudar a fomentar la seguridad en los niños.
- La creatividad es una habilidad que necesita práctica. El niño debe sentirse capaz de realizar actividades para sentirse seguro.
- Y, lo más importante, al niño hay que amarlo por lo que es y cuando se presentan limitaciones en su desarrollo emocional se debe buscar el medio, si es necesario, de un profesional cualificado, para que pueda desarrollar un estado emocional adecuado.

Estela Ferrero Marco- Psicóloga y Pedagoga
Graduada en Psicología y Pedagogía.
Trayectoria profesional: desde hace 8 años da clases particulares a alumnos con TDA-H, ayudándolos y proporcionándoles técnicas de estudio.
Actualmente trabaja en XiCaEs realizando intervenciones de Psicología con los niños y sus familias.