Día Mundial del Alzheimer

DÍA MUNDIAL DEL ALZHEIMER escrito por Ibán Tripiana, neuropsicólogo clínico de Neurovila. Firma invitada

La enfermedad de Alzheimer es la demencia más común y prevalente, que explica entorno al 50-60 % de las demencias. La padecen alrededor de 50 millones de personas en el mundo y cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos. Se calcula que entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más sufre demencia en un determinado momento. Se prevé que el número total de personas con demencia alcance los 82 millones en 2030 y 152 millones en 2050.

El perfil cognitivo de la enfermedad de Alzheimer se caracteriza por una alteración de la memoria (nuevos aprendizajes y memoria reciente) y episodios de afasia, apraxia o agnosia. Suele iniciarse por una fase de deterioro cognitivo leve. A nivel anatómico hay afectación del hipocampo en los lóbulos temporales mediales del cerebro, así como también a nivel de los lóbulos frontales y parietales a nivel bilateral.

Respecto a la fisiopatología de la enfermedad, nos encontramos con la aparición progresiva en el cerebro de placas seniles en forma de acumulación de proteína beta amiloide y de ovillos neurofibrilares de protenína TAU hiperfosforilada en las neuronas. El origen de por qué se origina esta anatomía patológica es desconocido en la actualidad. Aunque hay investigaciones que apuntan a un probable origen infeccioso. Se ha vinculado el virus herpes humano -6 a la enfermedad de Alzheimer. También se ha asociado a la enfermedad la bacteria porphyromonagingivalis, responsable de la gingivitis o enfermedad periodoncial crónica, así como también muy recientemente otra bacteria, la chlamydia pneumoniae, también se ha vinculado con esta enfermedad neurodegenerativa.

El diagnóstico de la enfermedad se realiza mediante pruebas neuropsicológicas (escalas breves y baterías) y pruebas complementarias como pueden ser analíticas convencionales (tiroides, vitamina b12, ácido fólico), extracción de líquido cefalorraquídeo mediante punción lumbar buscandobiomarcadores del Alzheimer (amiloide B42, TAU total y TAU fosforilada), y pruebas de neuroimagen(estructural, funcional, PET amilóide). Comentar también la importancia del diagnóstico precoz de la enfermedad, para poner en tratamiento a los afectados cuanto antes posible. En este sentido caben destacar los avances en este campo en dónde sería posible el diagnóstico a través de un análisis de sangre, muestras de saliva, metodología genética, inteligencia artificial o recientemente un sensor inmunoinfrarrojo que sería capaz de detectar signos de la enfermedad en sangre 17 años antes.

A nivel de transmisión genética, destacarlos casos de inicio precoz e historia familiar de inicio precoz (mutaciones en los genes de la proteina precursora de amiloide: presenilina 1 y presenilina 2 y el gen de la apolipoproteina Ee4).

Respecto al tratamiento, tenemos por una parte el farmacológico, a través de los inibidores de la enzima acetilcolinesterasa como el Donezepilo o la Rivastigmina, o la propia Memantina para fases más moderadas y graves. También se prescriben a veces suplementos nutricionales como el Acutil. El entrenamiento cognitivo a través de sesiones de estimulación cognitiva también forma parte de los abordajes terapéuticos tradicionales. A nivel de vanguardia, cabe destacar los aportes de la estimulación cerebral no invasiva al tratamiento de las demencias, la esperanzadora terapia celular a través de células madre, el mindfulness o la realidad virtual. 

Por último, hay que decir que, siendo el origen de la enfermedad de Alzheimer desconocido en la actualidad y los tratamientos esencialmente sintomáticos, con alguna eficacia sobretodo en fases iniciales, la prevención sigue siendo nuestra mayor arma para prevenir la enfermedad. En este sentido es importante controlar los factores de riesgo, como pueden ser la hipertensión, la obesidad, la dislipemia, la diabetes, el tabaquismo o el alcohol. Y potenciar estilos de vida saludables, apostando por un envejecimiento activo en dónde lasrecientes investigaciones en salud cerebral nos recomiendan el ejercicio físico, una adecuada nutrición, tener un plan vital y propósitos de vida, el cuidado integral de la salud, la socialización y un adecuado descanso.

Firma invitada: Ibán Tripiana Sánchez. Neuropsicólogo clínico en Neurovila, psicólogo general sanitario e investigador predoctoral en neurociencia.

Licenciado en psicología, con formación de post grado en Neuropsicología, psicología de la salud y psicopatología, por la Universitat Jaume I de Castelló.

Trayectoria profesional: neuropsicólogo clínico en los últimos años con afectados de daño cerebral adquirido en fase crónica o de mantenimiento. Investigador externo en la cátedra de investigación MUSICAS PARA LA VIDA, de la UJI. Cursa el doctorado en neurociencias en la Universidad de Valencia.

Actualmente es neuropsicólogo clínico en Neurovila, dónde se encarga de la parcela neuropsicológica en la atención a personas afectadas de daño cerebral adquirido y otras afectaciones neurológicas.