‘Apego’: ¿Bueno o malo?

APEGO: ¿BUENO O MALO? escrito por Pilar Rubert Saura, coordinadora de XiCaEs

El apego es una conexión emocional, generalmente entre el niño/a y su madre/padre/tutor-a. Se da en las primeras etapas de nuestra vida para la supervivencia y el desarrollo emocional, creando unos vínculos seguros con nuestros cuidadores. Será nuestra guía interna para las relaciones en nuestra etapa adulta.

Dicho así, nos da una perspectiva del apego como algo beneficioso, pero cuidado, porque existe más de un tipo de apego.

  • Apego seguro
  • Apego inseguro

Dentro del segundo, hablaríamos de la codependencia, o lo que es lo mismo, la dependencia “no sana” entre dos personas, aunque también sería aplicable a la adicción a algo y/o alguna sustancia.

Las personas, creen que su felicidad depende de una persona o personas en particular. codependientes Suelen obsesionarse en controlar el comportamiento de la otra persona a quien creen que actuando así protegen, le hacen feliz.

Lo mismo se podría trasladar a las adicciones a alguna  sustancia. Pueden llegar a controlarnos de tal forma siendo sólo felices cuando lo obtenemos, aunque nos destruya a todos los niveles.

En cambio, el apego seguro nos da la capacidad de independencia que nos ha sido proporcionada en la niñez, dentro de nuestro espacio seguro proporcionado por la disponibilidad y accesibilidad de nuestros cuidadores. Este apego nos permite de adultos tener una seguridad interna, sin llegar a ser controladores, celosos, ni manipuladores con los demás.

Una persona interdependiente mantendrá siempre su identidad en una relación. Habrá aprendido desde “lo apego” seguro a recibir además de dar. Interdependencia es un concepto que se aleja considerablemente de la referencia que ostenta el de dependencia, porque una relación de tipo interdependiente supone que los que participan en la misma son independientes en la mayoría de los niveles de sus vidas (emocional, moral, económico, etc...), aunque comparten principios que los hacen un conjunto.

El apego no es malo es natural, lo importante es saber gestionarlo y practicar el apego seguro. Así como tampoco es malo extrañar a nadie, siempre que no nos cause sufrimiento. Si este fuese el caso, recordar que el apego seguro también se puede aprender. Aprender a soltar aquello que nos impide avanzar y/o nos perjudique.

Todos dependemos de alguien o algo en mayor o menor grado, pero debemos hacerlo poniendo límites y alejarnos de aquello que no es “sano” tanto a nivel emocional como físico. Necesitamos a los demás, pero sobretodo nos necesitamos a nosotros mismos.

Por último, os dejo una reseña que leí y que como madre me invito a reflexionar:

"Los hijos deben hacerse a la mar desde el puerto donde sus padres llegaron y -como los buques- partir en busca de sus propias conquistas y aventuras, con la preparación suficiente para navegar un largo viaje llamado Vida. ¡Cuán difícil es soltar las amarras y dejar zarpar el buque…! Sin embargo, el regalo de amor más grande que puede dar un padre a sus hijos, es la autonomía.

¡Hijos, buen viento y buena mar…!"

Pilar Rubert Saura- Coordinadora

Integradora Social

Dilatada experiencia en proyectos destinados a niños/as que presentan necesidades educativas especiales.

Coordinadora de la mayor parte de los Campus Natura que se han llevado a cabo hasta la actualidad.